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Conservación a su cabecera y otro de apoyo, en algunos
casos, para atender la vialidad invernal o como centro
de control de túneles.
En la actualidad el personal fijo dedicado a la
Conservación de la Red del Estado asciende a 6.200
personas; de ellas 2.200 son personal propio y 4.000
personal contratado.
2.
INTRODUCCIÓN
Debido a la necesidad de acopiar grandes cantidades de
sal destinadas al deshielo en carreteras (aprox. 200
toneladas), se construyó en el Centro de Conservación y
Explotación de Teruel un edificio de hormigón armado
destinado a tal uso.
Edificio de Acopio de Sal (NaCl) en el Centro de
Conservación y Explotación de Teruel, dedicado a la
conservación y mantenimiento de las carreteras N-223, N-
234, N-330 y N
-420
2.1
Uso de la sal como anticongelante
La sal tiene la capacidad de evitar la congelación del
agua. El punto de congelación del agua pura es de cero
grados, pero cuando se mezcla en ella alguna sustancia,
este punto desciende. Con 22 gramos de sal por cada
100 de agua se consigue que el punto de congelación
baje hasta los
-21 grados. Gracias a ese efecto, se evita
que el agua caída sobre las carreteras se transforme en
hielo cuando las temperaturas descienden.
La sal, por tanto, se convierte en un arma fundamental
para mantener las carreteras abiertas al tráfico.
La sal minera presenta unas características específicas
para las carreteras. Posee un tamaño de entre 2
-8
milímetros y está constituida por sulfato cálcico y arcillas.
Su carácter insoluble hace que penetre en la nieve,
permitiendo el agarre de las ruedas al asfalto, a la vez que
evita que la nieve se solidifique creando capas de hielo.
En España se producen al año 3,3 millones de toneladas
de sal, de los que 2 son mineras y 1,3 marinas. El 60%
tiene uso industrial, el 20% se destina al consumo,
el 13%
al deshielo de carreteras
y el 7% al curtido de piel y otros
fines.
2.2
Acción de la sal sobre el hormigón
Las armaduras del hormigón armado pueden corroerse
básicamente por dos causas bien conocidas:
La carbonatación.
La acción de los cloruros.
En el caso de estructuras de hormigón armado, la
carbonatación y/o la presencia de cloruros constituyen los
mecanismos típicos que causan la despasivación del
acero proporcionando a la humedad y al oxígeno la
posibilidad de provocar una corrosión activa.
La corrosión inducida por carbonatación puede
reconocerse fácilmente por la aparición de fisuras sobre
toda la superficie del hormigón mientras que en el caso
del ataque por cloruros la acción es más localizada
provocando también la rotura del recubrimiento de
hormigón en lo puntos de ataque.
La corrosión inducida por cloruros tiene una particular
importancia en la durabilidad del hormigón ya que los
cloruros inician y aceleran la corrosión actuando como
catalizadores ya que no se consumen durante el proceso.